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Creo que la nostalgia nunca le ayuda a nadie y a nada, realmente; solo a las empresas que la comercializan, artistas sin talento ni personalidad propia que hacen "homenajes" porque no tienen mejor idea o a la industria cinematográfica que monetizan historias y franquicias que se hicieron de una reputación hace más de 40 años e insisten en sacarle sabor a ese huesito de durazno que ya está más seco que el pozo de las ideas en Disney.  "¡Antes todo era mejor!": El espejismo nostálgico de las generaciones Ah, la nostalgia, lo retro, lo antiguo rehecho, re-loaded y actualizado. Ese sentimiento tan peculiar que nos hace creer que en el pasado todo era más bonito, más sencillo y, por supuesto, más “auténtico”. Es como si el cerebro humano tuviera un filtro de Instagram que solo deja pasar los recuerdos cálidos y borra los momentos en que nos quedamos sin internet durante horas. Pero, ¿qué hay detrás de esa idea romántica de que “antes todo era mejor”? ¿Será que las genera...

    En un mundo acelerado, donde la gratificación instantánea parece ser la norma, es fácil caer en la trampa de perseguir cosas banales que ofrecen placer inmediato pero poco valor duradero. Frente a esto, surge la pregunta: ¿qué cosas realmente valen la pena esperar? La respuesta parece estar en aquellos momentos de vida que, aunque requieren tiempo, esfuerzo y paciencia, nos brindan una satisfacción profunda y perdurable. Este ensayo explora la importancia de esperar por lo sustancial, contrastándolo con la banalidad de lo efímero, y pretendo respaldar esta idea con soporte científicos que destacan los beneficios de la paciencia y la conexión humana. Una reflexión sobre la paciencia y los momentos significativos      En primer lugar, es necesario distinguir entre lo banal y lo significativo. Las cosas banales, como el consumo excesivo de redes sociales, la compra impulsiva de objetos materiales o la búsqueda constante de placeres superficiales, suelen ofrecer...

Según la Real academia española la palabra bienvenida es un adjetivo, de origen etimológico bien + venido; que aparentemente ya se encuentra en desuso, no me volteen a ver que yo no trabajo ahí mira que no tengo buena ortografía ni sirvo para escribir muy bien que digamos.    En fin, regresando a mi bienvenida. Como muchas de las cosas que no estoy de acuerdo con la Real Academia Española no sé en qué momento está en desuso dar una bienvenida o el uso de la palabra en sí, pero bueno.  En estas épocas y alturas ya del recién estrenado año 2025 en el que nos encontramos hay muchas otras cosas que también están en desuso, tales cómo el sentido común y el pensamiento lógico, y no por eso tendría yo que seguir la tendencia, a menos que uno de estos días lo hagan ley porque en el H. Congreso de la des-Unión se le da lugar a cada ocurrencia que bien podríamos despertar mañana con un titular en los periódicos y noticieros como: "ULTIMA HORA: LAS BIENVENIDAS QUEDAN PROHIBIDAS POR ...